Dos empresas deberán pagar un recargo a la viuda de un fallecido por amianto

Dos empresas deberán pagar un recargo a la viuda de un fallecido por amianto

Empresas condenadas: pagarán un recargo del 50% a la viuda de un trabajador fallecido por amianto

Un juzgado condena a dos empresas a pagar un recargo del 50% en las prestaciones a la viuda de un mecánico fallecido por exposición al amianto, destacando la falta de medidas de seguridad laboral.

La sentencia: Justicia para una viuda tras una larga lucha judicial

El Juzgado de lo Social número 5 de Donostia ha dictaminado que las empresas Artikutza e Irovisa deben abonar un recargo del 50% sobre las prestaciones de la Seguridad Social a la viuda de un trabajador fallecido por exposición a amianto. La resolución judicial subraya que ambas compañías incumplieron la normativa de prevención de riesgos laborales, exponiendo al trabajador a materiales peligrosos sin la debida protección.

El trágico caso: una exposición mortal al amianto

El fallecido, que trabajó como mecánico en Talleres RAG (hoy Artikutza) entre 1970 y 1972 y posteriormente en Irovisa entre 1975 y 1984, estuvo expuesto durante años a fibras de amianto utilizadas en zapatas de freno y embragues de vehículos. Sin protección adecuada, el trabajador desarrolló un adenocarcinoma pulmonar que le fue diagnosticado en 2014 y que provocó su fallecimiento en enero de 2015.

Un reconocimiento judicial años después

En 2017, ya se había dictado una sentencia que obligaba a las dos empresas al pago solidario de 154.000 euros a la viuda e hijos del fallecido, también por no haber aplicado medidas preventivas contra el amianto. Ahora, este nuevo fallo, que ya es firme, refuerza la responsabilidad empresarial imponiendo el recargo adicional en las prestaciones, una victoria que la Asociación de Víctimas del Amianto en el País Vasco (Asviamie) celebra coincidiendo con el Día Mundial contra el Cáncer.

El amianto: un enemigo silencioso en el ámbito laboral

El amianto, prohibido hoy en muchos países, fue durante décadas un material omnipresente en la industria. Su manipulación sin medidas de seguridad adecuadas ha causado miles de muertes por enfermedades respiratorias, como el cáncer de pulmón o la asbestosis. Este caso evidencia la necesidad de una memoria histórica laboral y de garantizar que las empresas asuman las consecuencias de su inacción.

Reflexión final:

Casos como este subrayan una verdad incómoda: la salud laboral no puede ser negociable. La sentencia no solo repara, en parte, la pérdida irreparable de una familia, sino que también envía un mensaje claro al tejido empresarial: proteger la vida de los trabajadores es una obligación ineludible. La justicia, aunque tardía, debe ser firme en la defensa de los derechos fundamentales en el trabajo.

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